Encontrando a Dios en nuestros hogares

El Reino de Dios está en medio de ustedes. (Lucas 17:21)

Otras traducciones citan: “El Reino de Dios está dentro de ustedes”, o “…está entre ustedes”.

Estas palabras de Jesús resuenan junto con la promesa de Dios a Su pueblo en el Antiguo Testamento:

Yo estableceré mi residencia en medio de ustedes, y no los rechazaré. Andaré entre ustedes, y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. – Levítico 26:11-12

Dios está con nosotros en nuestros hogares durante esta temporada. Él está dentro de nosotros de maneras profundas, listo para hablar o comunicarse con nosotros en cualquier momento que queramos o necesitemos. Él está presente en nuestras familias, incluso cuando no lo sentimos y especialmente cuando nos unimos para enfocarnos en Él como Su pueblo tribal.

¿Por qué esto es así? ¿Cómo está Él “con nosotros” de manera única cuando nos unimos para enfocarnos en Él?

La espiritualidad judía consideraba la palabra escrita de Dios, la Torá, de dos maneras: 

En un primer sentido, las palabras de la Torá por sí mismas revelan un conocimiento de Dios.

Este tipo de “conocimiento” es similar a una “visión” de Dios. Las palabras comunican una representación de quien es Él.

En el segundo sentido, el conocimiento de Dios se revela a (y a través de) las personas que entran en la historia de la Torá, que participan de la vida en Dios.

En este segundo sentido el “conocimiento de Dios” es un “conocimiento íntimo”, de la misma manera en que el esposo y la esposa se conocen en la interacción íntima. Es un conocimiento que proviene de una experiencia de vida con Él.

La idea es esta: Las familias que aceptan vivir día a día como pueblo de Dios, terminan entendiendo y experimentando a Dios más íntimamente. Incluso simplemente reuniéndose para participar de un sermón, una oración, una lectura o una canción; Dios está con ellos, entre ellos y en ellos en un sentido único.

Una ayuda para vivir como pueblo de Dios es internalizar porciones de las Escrituras que desee tomar en serio. Vincular las escrituras con la memoria ayuda a internalizar sus principios, fusionándolos con nuestra memoria muscular.

En nuestra familia, recientemente comenzamos a memorizar las Escrituras juntos. Durante mucho tiempo fue bastante abrumador; pero una razón particular nos llevó a enfrentarlo: deseábamos preparar a nuestros hijos, y a nosotros mismos, para navegar en medio de estos tiempos con confianza. Entonces comenzamos con el Salmo 23.

Otra forma en la que Sarah y yo invocamos a Dios para que permanezca “con nosotros” en esta época es la siguiente:

Cada noche hacemos una sencilla oración. Pedimos a Dios que rodee nuestro hogar, que lo proteja y lo convierta en un santuario de Su Reino. Puede leer una versión completa de esta oración al final de Capitulo Uno del libro guía El Viaje.

Tim Brygger